Two years / Dos años

Two years have already passed. Two years have passed since my grandmother of my father´s side passed away. A passing that although was more than foreseen, for the one thand left us all a little bit empty in our hearts. However, on the other, it was sort of a blessing since we knew that for her was a huge relief after such a long and miserable disease. As a matter of fact, during the last years of her life barely could she recognise anyone, notwithstanding, we remember her enjoying life to the fullest with my grandfather and with us. .

First of all, not only did she use to take very well care of us, but also she was happy doing that. In fact she would cook for us the most delicious pasta and chicken wings with the biggest smile I have ever seen. In addition, having said that, I just recall how my grandfather would bring us so pleased to The Sadar to watch Osasuna. He used to love it.

Then, when we started getting older, every time we payed them a visit they would invite us to play card games whilst taking a tasty hot chocolate. Furthermore, one of their favourite seasons were Christmas, since they loved meeting us for lunch and dinner. In fact, I remember that one New Year´s Eve, my grandmother spent half and hour laughing out laud like crazy when she saw my big brother dressed up as strawberry gum. It has hilarious.

And even if years passed and my grandma was getting really sick after the passing of my grandfather, she always wanted you to get your favourite snack at her house being just happy watching you enjoy. At the end of the day our grandparents have always shown us so much love, and that is why we remember them with a mixture of sadness and happiness. Rest in peace!

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Dos años han pasado ya. Dos años han pasado desde que mi abuela materna falleció. Una muerte más que prevista pero que por un lado nos dejó un poco vacíos. No obstante, por otro, lo tomamos como algo bueno puesto que sabíamos que para ella era un merecido descanso tras una larga enfermedad. De hecho, durante los últimos años de su vida apenas reconocía a nadie. Eso sí, nosotros recordamos la buena vida que tuvo con mi abuelo y con nosotros. 

En primer lugar, no solamente cuidaba de nosotros, sus nietos, como nadie, sino que además le hacía feliz hacerlo. De hecho, solía cocinarnos macarrones y alitas de pollo con la mejor sonrisa del mundo. Además, dicho esto, también recuerdo cómo mi abuelo nos solía llevar al Sadar a ver Osasuna con todo el placer del mundo. Le encantaba.

Cuando ya nos empezamos a hacer mayores, cada vez que les visitábamos nos solían invitar a jugar a juegos de cartas mientras tomábamos un buen cola cao. Además, una de sus épocas favoritas del año era Navidad, pues así nos juntábamos todos. Y es que una noche vieja a mi abuela le dió un ataque de risas tras ver a mi hermano mayor disfrazado de chicle de fresa. Fue tronchante.

Al final los años pasaban y aunque mi abuela comenzó a ponerse bastante enferma tras el fallecimiento de mi abuelo, siempre quería que tomásemos nuestra merienda favorita. Como véis, al fin y al cabo nuestros abuelos nos han dado mucho amor, y es por eso que los recordamos con una mezcla entre tristeza y felicidad. Descansad en paz.