That special Halloween/Ese Halloween especial

Halloween is approaching, once again, and even though I have never been very keen into celebrating this tradition, I can not help but to remember the worst and the best day of the death I have ever had. It was five years ago, a night that despite beginning like a real hell in earth, end up being one of the happiest days of my life, why? My little niece was born, bringing light to a terrible double shift working as a receptionist in one hotel in Central London.

To begin with, I recall that that day I slept utterly bad, however since I was meant to work on late shift I honestly thought that the afternoon had high chances of going smoothly. Notwithstanding, it turned out to be a stressful day with loads of complaints and a extremely high number of problems to solve. Nevertheless, the worst was to come when my work colleague, who was supposed to do the night shift, did not turn up. 

When situations like these take place, your manager is the one who theoretically has to take over, nonetheless, on that occasion my boss made up a bunch of excuses and I eventually had to work sixteen hours in a row with no break, all by myself. However, all of a sudden when I believed  that my day could not get any worse, a miracle happened, the miracle of life called Maia. My little princess, my youngest niece. I could just jump out of happiness , nothing else mattered but her. 

Now she is about to turn five years old and not only does she speaks like an adult, bus also she is incredibly gorgeous. But the best part is when she gives you a hug and tells you that she loves you. That is the best medicine of all, the magic that recharge your energy. My little Maia.

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Halloween se aproxima de nuevo, y aunque nunca he sido muy propicia a celebrar esta tradición, no puedo evitar recordar la peor y la mejor noche de los muertos que jamás haya tenido. Fue hace cinco años, una noche que comenzó siendo un infierno pero que terminó siendo uno de los días más felices de mi vida. ¿Por qué? Porque nació mi sobrinita pequeña, dando luz a una terrible jornada de doble turno trabajando como recepcionista en un hotel del Centro de Londres.

Para empezar, recuerdo que aquel día dormí fatal, sin embargo, como tenía turno de tarde sinceramente pensaba que ésta tenía altas probabilidades de transcurrir de forma tranquila, por lo que no me preocupé. No obstante, al final acabó siendo más que estresante con un sinfín de quejas y un interminable elevado número de problemas que resolver. Eso sí, lo peor estaba por venir cuando el compañero de trabajo que debía cubrir el turno de noche no apareció.

En situaciones como éstas, teóricamente tu jefe es el que tiene que sustituirle, sin embargo, lo único que hizo fue inventarse una pila de excusas y dejarme a mí el marrón de trabajar 16 horas seguidas sin descanso alguno, sola. El día no podía ir peor, mejor dicho, la noche. Hasta que, de repente, tuvo lugar un milagro, el milagro de la vida llamado Maia. Mi princesita, mi sobrina más pequeña. Nada podía quitarme la sonrisa.

Ahora está a punto de cumplir cinco años y habla como si fuese un adulto. Es increíblemente inteligente y por supuesto, preciosa. Pero lo mejor de todo es cuando te da un abrazo y te dice que te quiere. Ésa es la mejor medicina de todas. Mi pequeña Maia.