sábado, 9 de septiembre de 2017

Reservar en hoteles

Se acaba el verano pero todavía Londres va a albergar unos cuantos eventos que suscitan mucha atracción, como la Fashion Week. No obstante, aunque dicho acontecimiento no tuviese lugar, no serían pocos los que dejasen sus vacaciones de verano para este mes de septiembre, lo que conllevaría que todos los hoteles de la capital británica se llenasen y disparasen sus precios, como actualmente sucede.
 
Al parecer esto es algo que la inmensa mayoría de la población no entiende. Es curioso cómo la gente se lleva las manos a la cabeza al encontrase con unos precios que según ellos son injustificables. Sin embargo, dichas personas no piensan lo mismo cuando se trata de buscar vuelos para las mismas fechas.
 
Después de casi dos años trabajando en el sector del turismo y de vivir fuera, con la consiguiente reserva de muchos vuelos, me llama mucho la atención el razonamiento de la persona media y no tan media a la hora de planificar sus vacaciones.
 
 
Dejando aparte los trabajadores que acuden a la Fashion Week por trabajo, cabe destacar la extraña actitud de muchos viajantes en sus deseos de visitar Londres por estas fechas.
 
Y es cuando miramos vuelos, todo el mundo tiene en la cabeza que los precios varían según lo lleno o vació que esté el avión, por lo tanto la tarifa que hoy ves puede que ya no esté disponible al día siguiente. De hecho, hay muchas posibilidades de que el precio siga incrementando. Es algo lógico, ¿no? ¿Vamos a llamar a la aerolínea para protestar por ello? No, ¿verdad?
 
Mejor aún, ¿y si nos equivocamos de día al reservar o del número de personas? En ese caso, ¿llamamos a la aerolínea rogando que rompa todas sus reglas para que nos modifique la reserva o aceptamos nuestro error con las oportunas consecuencias económicas? ¿Exigirías a una compañía aérea que una persona pudiese sentarse contigo en el mismo asiento?
 
De hecho, los hoteles dan la opción de realizar reservas flexibles que se pueden modificar, las cuales, como es lógico, suelen ser algo más caras que las flexibles, aunque tampoco mucho. Entonces, ¿por qué no escoger la flexible para así evitar problemas?
 
Hay que usar más la cabeza y no quejarse por todo sin razón aparente. Y sobre todo,  conviene empezar a tener autocrítica y dejar de echar a terceros la culpa de nuestros errores. El mundo no gira en torno a uno solo y no podemos estar siempre robando a los demás tiempo que no tienen.
 

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