Tal día como hoy hace un año
emprendí mi aventura de tres meses a Cambridge. Mi objetivo era mejorar mi
inglés y obtener el título del First. Lo logré. Pero de esa experiencia me
llevé conmigo otras muchísimas cosas.
Recuerdo que mi primer día fue horrible. Ya en el aeropuerto
de Bilbao me convertí en un manojo de
nervios y el miedo a lo desconocido me invadió. Un miedo que a los días se fue
yendo. Tras una hora de retraso, aterricé en Londres en torno a las seis de la tarde, creo
recordar, con un hambre impresionante porque los bocadillos de tortilla de
patata del airportua de Bilbao dejan mucho que desear y al mediodía tenía un
nudo en la garganta más grande que el propio Heathrow. Pero lo bueno fue que el
tío que me tenía que llevar en taxi a Cambridge me recibió con una tableta de
chocolate que me supo a gloria.
A todo esto intenté llamar a mi madre para avisarle de que
había llegado sana y salva pero mi móvil se volvió muy tonto y decía que no
reconocía ese número….
Sobre las ocho llegué a Cambridge. No había nadie que me
abriese la puerta de la residencia y me volví loca buscando estudiantes para
que me ayudasen. Al final conseguí entrar. No era lo que me habían vendido, ni por
asomo, pero todo era acostumbrase. Además lámpara de la mesa de mi habitación
estaba rota, así como la luz del baño (las arreglaron un mes más tarde) y mis
adaptadores eléctricos no funcionaban. Conclusión: No pude llamar a España ni
comunicarme con nadie por internet. Y por si fuera poco la residencia estaba prácticamente
vacía porque estaban casi todos de vacaciones, y los pocos que estaban, se habían encerrado en sus habitaciones porque en sus países se cena muy pronto.
Al final pude llamar a mi madre, quien nada más escuchar mi
voz ya sabía que algo no iba bien del todo. Y sus palabras fueron: “Tranquila,
mañana verás todo con otros ojos”. Las madres son muy sabias. Porque así fue.
Mi estancia fue una experiencia increíble, de la que me llevé amigos, muy
buenos ratos, mejor nivel de inglés, un
titulito para el CV y una buena ración de madurez que me está ayudando a tomar
muy buenas decisiones de cara a mi futuro. ¿Volver? Para nada descartado, a
pesar de lo caótico que es el tráfico en esa ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario