El artículo de hoy va para todos aquellos que alguna vez han trabajado o siguen trabajando en algún tipo de labor que contenga algo de Atención al Cliente. Y es que a todos nos ha tocado sufrir situaciones molestas con clientes que no saben qué es la palabra respeto.
Está claro que cuando tu función laboral es ayudar a clientes con cualquier tipo de problema que tengan o simplemente atenderles de la mejor forma posible para que se gasten dinero en nuestra empresa, hay que tener paciencia, mucha paciencia. No puedes perder los papeles en el segundo dos y tratarles con desprecio, eso es obvio. Hay que ponerse en su piel y con todo el amor del mundo satisfacer sus necesidades incluso cuando están cansados, de mal humor, o son unos impacientes.
Esto, aunque parezca fácil, no lo es, y menos en una sociedad en la que reina las prisas para todo y en la que se exige todo ahora, como yo quiero y cuando yo deseo sin pensar en que no estoy yo solo en el mundo. En resumidas cuentas, no puedes ser un pitbull con los clientes, y si no te puedes controlar ni un poquito, cambia de trabajo.
Pero lo que no puede ser es que bajo la premisa de que el cliente siempre tiene la razón haya que aguantar faltas de respeto. El business es el business y lo que quiera el jefe o el dueño de esa empresa decir, pero no se pueden tolerar ciertos comportamientos. Primero están los empleados y su dignidad, luego el cliente,
Parece que las empresas, y en concreto, los jefes, no se enteran o no se quieren enterar de que para que el servicio dado sea espectacular, el trato al empleado tiene que ser espectacular. Tanto por parte del jefe como del cliente. En mi opinión, si un cliente empieza a faltar el respeto a un empleado, ya bien sea con ataques racistas o con insultos y desprecios del tipo que sea, ese cliente debería estar vetado. Considero que los jefes deberían proteger a su equipo, y si eso conlleva privar a un cliente de tus servicios y dejar de ganar algo de dinero, se hace.
Quizás estos jefes que ponen el dinero por encima del empleado deberían pensar cómo se sentirían ellos si lamiésemos el culo a un cliente que le ha faltado el respeto y le ha tratado como a una mierda insignificante.
Recordad que el que da el servicio no es el jefe sino el empleado, y para que el servicio sea excelente, primero hay que cuidar al trabajador, ¿no creéis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario