Hace poco se cumplieron diez años de los atentados del 11-M. Una matanza que fue tal que todos sin excepción e independientemente de nuestra ideología política recordamos como si fuera ayer. Pero a su vez ese retorno mental al 2004 nos hace pensar en todo lo que hemos vivido durante la última década, tanto lo bueno como lo malo, y nos damos cuenta de cómo todo lo acontecido ha influido en lo que a día de hoy somos.
El viernes mi mente volvió otra vez a aquel año difícil en el que yo tenía entre catorce y quince años, que fue cuando empecé a descubrir grupos de música con los que sigo volando hacia el infinito. El viernes Rulo actuó en Pamplona, en el Teatro Gayarre, para compartir con nosotros su gira en acústico 5 Gatos. Rulo ahora tiene su propio grupo llamado Rulo y la Contrabanda, pero hasta hace cinco años el cántabro era el líder de una banda de rock muy conocida en el norte, La Fuga.
Me acuerdo perfectamente que la descubrí porque una de mis mejores amigas me grabó un CD con un popurrí de canciones de rock, con el que comenzaron a gustarme grupos como Rosendo, Tierra Santa, The Ramus y alguno más que seguro me dejo en el tintero. Pero es que además, en los Sanfermines del año 2004, La Fuga tocó en la famosa carpa rojilla, un recinto que montó el Ayuntamiento al lado de El Sadar y en el que cada noche tocaban varios artistas de estilo pop, rock y electrónica (o al menos era de este tipo la música que ponían cuando se acaban los conciertos). Mi amiga me pidió que fuese con ella al concierto de La Fuga y yo accedí, pero con la idea de que para cuatro canciones que me sabía su puesta en escena para mí no sería ni fu ni fa.
Pues me equivoqué. El concierto me encantó. Tanto que a partir de entonces no hice más que escuchar y escuchar sus canciones, desde las más viejas (la banda se creó en 1996) hasta las más recientes. Me gustó tanto que la siguiente vez que vinieron (esta vez al Anaitasuna), cuatro años después, me lo pasé como una enana. No quería que se acabase nunca.
Ahora la música de Rulo me sigue gustando, pero he de reconocer que para mi gusto le falta la guitarra eléctrica que tenía La Fuga de aquella época. Eso sí, también hay que decir que cuando Rulo hace un directo en eléctrico lo da todo como rockero y sus temas ganan tal potencia que te hace botar sin parar. Por ello no me va tanto un acústico como un concierto con lo que muchos llaman ruido y que a mí me hace saltar como una loca.
Pese a ello, el acústico del viernes estuvo lleno de sorpresas. Por un lado, la presencia de Kutxi Romero (cantante de Marea), quien más allá de ver el concierto, actuó con Rulo en la canción Divididos. La verdad es que el resultado fue tremendo, y eso que no cantaron en versión eléctrica. Eso tiene que ser la bomba.
Por otro lado, algo que me sorprendió mucho fue el estilo de música que rodeaba a muchas de sus canciones. Un estilo como blues y country que me recordó muchísimo a Fito y Fitipaldis, otro de los grupos que más me ha gustado desde siempre. Se hizo así un paralelismo entre ambas bandas que incluso se cumple en el hecho en sí de que al igual que me sucede con Rulo, las canciones de Fito me encantan, pero pienso que les falta el toque rockero rockero que tenía Platero y Tú, su anterior grupo.
Ambos han anunciado que tendrán un nuevo disco más pronto que tarde. Ansiosa estoy de escuchar sus nuevos temas y de volver a saltar con ellos en sus directos. Fans de Rulo y Fito, el infinito nos espera. Que viva el ruido.
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