sábado, 29 de junio de 2013

Y ocho años después...Bon Jovi!!


Nerviosismo, carne de gallina y emoción. Bon Jovi es uno de los pocos grupos que logran levantar mi ánimo al infinito y me hacen volar a un mundo en el que los problemas no existen. De los pocos que me hacen vibrar y calmarme a la vez. Y por fin el jueves tuve la suerte de poder verlo en directo en el Calderón, en Madrid. No lo había visto nunca y tenía unas ganas inmensas de ver al rey del rock actuando. Para mí era de una de esas cosas que sientes que tienes que hacer al menos una vez en la vida. 

El concierto de Bon Jovi era doblemente especial para mí porque la primera vez que estuve en el Calderón, hace ya ocho años, supuso también una experiencia que no voy a olvidar jamás y que la recuerdo con una sonrisa de oreja a oreja. Ésa vez estuve viendo la final de la Copa del Rey entre Osasuna y Betis. Además, da la casualidad de que también fue en junio, el 11, si mal no recuerdo. Por ello, ayer, cuando me senté en la grada, en frente del escenario, no podía evitar mirar hacia la derecha, hacia donde, allá por el 2005, saltaba de emoción con los goles del equipo de mi tierra.

Fue en ese momento cuando recordé el gol del empate que metió John Aloisi, mi jugador favorito cuando era forofilla de Osasuna. Se me pusieron los pelos de punta y mi sonrisa de idiota se elevó a la enésima potencia cuando nada más empezar el concierto, Bon Jovi entonó un potente "Shot through the heart..and you are to blame!"...y el You give love a bad name (mi tono de llamada durante mucho tiempo) empezó a retumbar en un Calderón lleno, tan lleno como en la final de la copa de los rojillos.

En aquel partido, el efecto en la grada de la combinación entre el rojo navarro y el verde-blanco bético era impresionante, al igual que lo fue el mosaico que en el concierto se logró hacer con cartulinas blancas, rojas y amarillas en honor a la gira Because We Can, mientras Jon Bon Jovi se enredaba en esa guitarra eléctrica de la que salen maravillas.

Pero el espectáculo no acababa ahí y no contento con poner espectaculares imágenes en las pantallas que acompañaban su actuación, el rockero de New Jersey pidió a toda la afición que sacase sus móviles para unir todas las luces en una, transmitiendo el mensaje de que para salir hacia adelante hay que mantenerse unidos y recordar los momentos especiales que vivimos, aquellos que nos hacen sonreír y ser felices. Es entonces cuando su "Try to hold on...keep the faith" (Intenta aguantar...mantén la fe)  encuentra todo su sentido. 

Y de la misma forma que siempre digo que volvería una y otra vez a aquellos momentos vividos en el estadio del Atlético de Madrid ocho años atrás, a pesar de que Osasuna perdiese, sé que nunca olvidaré el haber escuchado el Bed of Roses, el It's my life, el Always, el Bad Medicine o el Living on a Prayer a pleno pulmón de un Bon Jovi que es capaz de darlo todo durante casi tres horas sin descanso alguno. Sensaciones que aunque pasen los años y tú cambies, se quedan en tu mente para siempre y recordarlas te llena de felicidad.



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